domingo, 1 de junio de 2014

¡¡¡ Viva Polonia !!! ¡¡¡ Viva la Libertad !!!


Polonia conmemora esta semana los 25 años del inicio de la democracia de la mano de Lech Walesa y Solidaridad, una libertad política que ha conllevado profundas transformaciones económicas que hoy permiten hablar de dos de las décadas más prósperas del país.
Fue el 4 de junio de 1989 cuando tuvieron lugar las primeras elecciones parcialmente libres tras cuarenta años de comunismo, unos comicios que fueron posibles gracias a los Acuerdos de la Mesa Redonda entre las autoridades comunistas y los opositores del sindicato Solidaridad, que en aquellos años contaba con 10 millones de miembros, casi una tercera parte de la población polaca.
Esas elecciones supusieron el punto de inflexión a partir del cual avanzar hacia un clima de libertad y una economía de mercado.
Un cuarto de siglo durante el que el Producto Interior Bruto (PIB) de Polonia se ha triplicado, hasta situar este país entre las diez economías más importantes de la Unión Europea (UE), aunque todavía se mantiene un 40% por debajo de la media de los países más prósperos de Europa Occidental.
Atrás quedan los duros años de reconstrucción que siguieron a la II Guerra Mundial o la escasez que se padeció durante el comunismo, cuando los polacos soportaban interminables colas para hacerse con productos tan básicos como papel higiénico y hablar de capitalismo era tabú en una sociedad que sólo podía soñar con la prosperidad.
De hecho los últimos años han demostrado que la historia puede olvidarse fácilmente, al menos en lo económico, hasta convertir al país en referencia de la economía de mercado, con tasas de crecimiento que, entre 2008 y 2012, superaron el 15 % del PIB, mientras que el resto de la UE retrocedía un 0,8 %.
Algo más de dos décadas de prosperidad y libertad política que, según un reciente informe del Banco Mundial, permiten hablar de "milagro económico" y de "probablemente los mejores 20 años en el último milenio de historia" polaca.
Todo eso sin tener en cuenta que Polonia es hoy la principal beneficiaria de fondos europeos, una ingente cantidad de dinero que debe permitir modernizar infraestructuras, desarrollar industrias, reducir los índices de desempleo y construir una economía más competitiva.
Sin embargo, no todos los polacos se sienten satisfechos con la evolución económica que ha seguido su país, y uno de los responsables de la caída del comunismo, Lech Walesa, decía meses atrás que su lucha no había sido para conquistar un modelo capitalista sin valores, como el que hoy impera en su país.
Aunque hace 25 años que llegó la democracia y la economía polaca ha olvidado su pasado comunista para entregarse a la economía de mercado, todavía existen heridas sin cicatrizar en una sociedad que no olvida la represión y los mártires que dejó la lucha por la libertad, especialmente durante la Ley Marcial entre 1981 y 1982, un periodo que se cobró docenas de muertos y miles de detenidos.
Esas cicatrices quedaron de manifiesto en el entierro el viernes del último presidente de la Polonia comunista, el general Wojciech Jaruzelski, el hombre que ordenó la Ley Marcial en aquellos años en los que Solidaridad agitaba las calles al grito de libertad.
También la crisis en la vecina Ucrania ha servido para evidenciar que 25 años son nada en una historia en la que Rusia ha sido la tradicional "bestia negra" de Polonia, cuyo Gobierno se ha refugiado en Estados Unidos y ha solicitado a la OTAN más fuerzas militares en su territorio.
Esta crisis puede servir para consolidar el regreso a Occidente que Polonia ya inició en 1989 con las primeras elecciones parcialmente libres, continuó en 1999 con su ingreso en la OTAN y confirmó en 2004 con su adhesión a la Unión Europea.
La anunciada asistencia del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, a los actos organizados este miércoles en Varsovia para conmemorar el 25 aniversario de las elecciones de 1989 parecen confirmar que Polonia sigue dando pasos en ese camino.

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