viernes, 31 de enero de 2014

Godzina Polska...a toda Costa!!!





Muy grata fué nuestra estadía en la segunda quincena de Enero 2014 a lo largo de la Costa Atlántica, sitio veraniego turístico que nos deparó sorpresas y alegrías. Nuestro viaje era contactarnos con polacos y descendientes por aquellas latitudes y vaya si los encontramos. Nuestros programas se realizaron en vivo desde la playa ( visitar nuestro Muro de Facebook y comprobarlo ) desde Nueva Atlantis y Santa Teresita. Sería muy injusto no mencionar a quienes de una u otra manera han estado presentes, pero queremos agradecer y saludar una vez más a la Flias Gnojski, Semblak, Wolecki, Mirecki, Kasz, Termonawski, Dominik y Rozalski de las localidades de San Clemente del Tuyú, La Toninas, Aguas Verdes, Mar de Ajó, Santa Teresita y Pinamar. Algunos de ellos residentes y otros simplemente ocasionales turistas. Las radios "Costa Cultural" y "Nativa" a las que tenemos un profundo agradecimiento por facilitarnos nuestra labor y difusión de "La Hora de Polonia". Y desde luego un abrazo a Juan Carlos Korman, como así a la Sra. Krystyna Gibas y su pequeño hijo Julián, ella polaca Doctora en Letras, a Camilo Fiore joven polaco, residente en la ciudad de La Plata, flautista de conservatorio y fanático de Gimnasia y Esgrima (LP) y Michal Jedrzejas, turista polaco de Kraków, ingeniero en sistemas electrónicos y aficionado al montañismo. En definitiva....gracias a todas por la cordialidad y ser oyentes de "La Hora de Polonia"...!!!!!!

miércoles, 8 de enero de 2014

JERZY KOPCZWESKI viene a Argentina


JERZY KOPCZWESKI, actor y director reconocido en Polonia con el distintivo "Buleczka" estuvo participando durante muchos años en el famoso cabaret "Piwnica pod Baranami" y en otros Teatros Dramáticos de Cracovia. Es uno de los discípulos del reconocido mundialmente Director de Teatro Jerzy Grotowski, creador del teatro-laboratorio. Desde hace veinte años trabaja creativamente en Canadá, en primer término en Toronto y los siguientes en Vancouver. Como actor se espacializó en la forma expresiva de "monodrama". En este campo utlizó varios textos literarios de escritores contemporáneos entre ellos Dygat, Gombrowicz, Mysliwski, Brandys, Redlinski, Przybora y otros. Recibió varios premios en los festivales nacionales polacos organizados en ciudades como Wroclaw, Bydgoszcz, Torun y Szczecin. Su espectáculo más famoso, "Konopielka", basado en el texto de E. Redlinski, fue presentado con éxito en más de 1000 presentaciones, que recorrió gran parte de Europa, Estados Unidos y Canadá. El Ministerio de la Cultura y Herencia Nacional de Polonia en reconocimiento de los 45 años de su trabajo profesional, le engalanó con la Medalla MERECIDO PARA LA CULTURA POLACA. En su viaje por América del Sur, uno de sus destinos favoritos, será como nos dijo la República Argentina dentro de muy poco tiempo.

martes, 7 de enero de 2014

Los polacos en el ejército de Napoleón



Fueron muchos los soldados polacos que combatieron en los ejércitos de Napoleón Bonaparte. Especialmente famosos y reconocidos fueron los efectivos del Primer Regimiento de Caballería Ligera Polaca de la Guardia, más tarde 1er. Regimiento de Lanceros Polacos de la Guardia, que se distinguieron por primera vez en la batalla de Eylau, pero que alcanzaron fama y gloria en la carga que realizaron en el madrileño puerto de Somosierra donde con un valor suicida, cargaron una y otra vez contra las baterías de artillería española, hasta que consiguieron tomar la posición y despejar el avance del ejército francés hacia Madrid. También fueron importantes las unidades de la llamada Legión del Vístula, tanto de caballería como de infantería, así como las tropas del Gran Ducado de Varsovia que como aliados de Napoleón combatieron en la "Grand Armee" siempre fieles al Emperador.
Esta relación especial, arranca de los hechos ocurridos a finales del siglo XVIII, cuando Catalina de Rusia, Francisco de Austria y Federico Guillermo de Prusia, firmaron en Octubre de 1.795 los tratados de San Petersburgo, forzando la abdicación de Estanislao II Poniatowsky, último rey de Polonia, repartiendo entre las tres potencias el territorio polaco.
Algunos patriotas entre ellos Kosciuszko, amigo del general Lafayette y héroe de la independencia americana vieron, primero en la Francia revolucionaria y republicana y después en el imperio, la posibilidad de encontrar un aliado, que les permitiera librarse del sometimiento en el que se encontraba su país. No es de extrañar que después de las victorias de Napoleón en Europa Central y en su avance hacia el Este, cuando la vanguardia del ejército francés entró en Varsovia comandada por Joaquín Murat, fueran aclamados por la población como libertadores, muchos jóvenes, hijos de la nobleza polaca que habían perdido posición por la dominación de los imperios centroeuropeos, se pusieron enseguida a disposición del ejército francés. En diciembre de 1.806, cuando Napoleón llega a Varsovia un grupo de estos jóvenes, forma una guardia de honor al mando del coronel Vincent Corvin Krasinsky; esta guardia sería el germen del regimiento de caballería polaca de la Guardia. Napoleón, sensible a los actos de gallardía y también de exotismo de los territorios que ocupaba, ordenó que se formara el regimiento y que se encuadrara dentro de la Guardia Imperial, al igual que anteriormente había hecho con los Mamelucos egipcios y después haría con los voluntarios lituanos, que no se sabe muy bien por que, los denominó de una forma bastante pintoresca como Tártaros Lituanos de la Guardia.
Napoleón trasladó a Polonia durante algún tiempo su corte y con la formación del Gran Ducado de Varsovia, trasplantó los usos y costumbres liberales de la Francia Imperial, creó un Liceo de enseñanza y una Opera a imagen de los de Paris; en Polonia conoce a una joven muy bella, (otra de las pasiones del emperador) llamada Maria Waleszka, con la que se supone que tuvo algún episodio galante.
Durante este tiempo, recuperado en parte el territorio del antiguo reino y teniendo una cierta soberanía, si bien tutelada por Francia, se organiza un ejército. Algunos de sus efectivos pasaron a formar parte del ejército imperial al mando del príncipe Poniatowsky heredero del anterior rey polaco. Entraron por primera vez en combate en la batalla de Eylau y con el inicio de la campaña en España fueron destinados a la Península, donde permanecieron hasta la retirada, entonces fueron destinados al frente del este, donde permanecieron hasta la derrota del ejercito francés. Los lanceros de la Guardia Imperial acompañaron a Napoleón en su destierro en la isla de Elba y con la vuelta del Emperador participaron en la batalla de Waterloo, con la restauración fueron lincenciados, muchos volvieron a Polonia, otros quedaron en Francia y algunas unidades pasaron al servicio del Zar ruso.

jueves, 2 de enero de 2014

La Celebración del Opłatek


La palabra oblea tiene en el idioma polaco tiene dos significados:  tipo de pan blanco y delicado utilizado en la liturgia católica como hostia, y en la tradición polaca un atributo indispensable durante la cena de Nochebuena, pero significa también una reunión solemne con motivo de la Navidad durante la cual la gente “rompe” o comparte este “pan” blanco. Este segundo significado –desde el punto de vista lingüístico- es una típica ampliación del primer significado. En el tiempo actual, precisamente el segundo significado ganó en Polonia una gran popularidad. En efecto, oblea es hoy una de las palabras claves y un símbolo de la cultura polaca, tanto la tradicional como la actual, tanto en el país o, tal vez hasta más- como en el exterior de Polonia. Y al mismo tiempo un pedazo vivo de la tradición. Es significativo que los diccionarios del idioma polaco no confirmaban este significado socio-cultural: “oblea “ como un encuentro navideño no figuraba ni en el Diccionario Varsoviano (1904), ni en el Diccionario de Doroszewski (1963), ni su versión abreviada bajo la redacción de Szymczak (1978); lo incluyen apenas los diccionarios más recientes. Es quizás no tanto una prueba de la eficiencia de los documentalistas posteriores sino el resultado de las transformaciones en la cultura social de los polacos, un particular signo del tiempo. Los “encuentros de oblea” son organizados no sólo por distintos grupos vinculados a la iglesia y en las parroquias, sino también en centros de trabajo totalmente laicos, clubes, escuelas. Invitaron por Internet a la “oblea 2003” , la Escuela Primaria Autónoma de Gdansk, el Círculo de Simpatizantes del Club Deportivo Cracovia y el Congreso de la Comunidad Polaca en Canadá, entre otros. ¡Y más aún! Los “encuentros de oblea” se celebran en el parlamento polaco, tan diverso desde el punto de vista ideológico; participa en ellos (o por lo menos hasta ahora lo ha hecho) la autoridad más alta de la iglesia, el Cardenal Józef Glemp. La idea de estos “encuentros de oblea” es la conciliación y comunión. Compartí la oblea –el pan que tiene una forma fácil para despedazar-constituye un punto central de estos encuentros. El simbolismo de oblea-pan juega aquí un papel fundamental. La oblea como tal tiene una larga tradición en Polonia, preservada en la cultura popular y costumbre locales. Su historia es la historia del pan, historia de la costumbre, historia de la idea de la fiesta –rica tanto en su contenido cultural general como el cristiano, evangélico. El simbolismo cultural y universal del pan, varias operaciones mágicas durante su preparación (sobre todo el pan ritual, hecho para la fiesta de bodas o del Año Nuevo), el uso del pan en el tratamiento de varias enfermedades, entrega de pan a los recién casados, compartir el pan con otras personas, con mendigos, etc. fue ampliamente descrito por los etnógrafos. El significado cristiano de la práctica de compartir el pan –y la oblea como su forma modificada por la cultura- se basa en la descripción evangélica de la Última Cena y del establecimiento de la eucaristía por Jesucristo- el pan que es cuerpo místico de Dios y fundamento de la comunidad de los cristianos. Se sabe que a partir del siglo IV, la práctica de la bendición del pan y su distribución bajo el nombre griego de eulogia (literalmente “bendición”) fue sacada al exterior de la liturgia, primero en la iglesia oriental y posteriormente de la occidental. Fue un sucedáneo de la eucaristía y al mismo tiempo el arquetipo del actual compartir de la hostia. La escena original de compartir el pan se repite en el rito de la Nochebuena , hecho conocido por descripciones desde el siglo XVIII. La Iglesia lo evoca constantemente. Por ejemplo, en la diócesis de Drohiczyn a la orilla del Bog, la bendición de las obleas va acompañada de una oración especial. La propia costumbre de la cena de Nochebuena y el acto central de compartir la oblea quedaron ampliadas por unas ricas prácticas de la iglesia y populares. Así, la preparación de las obleas está abarcada por la protección eclesiástica; lo hacen los organistas, monjes, monjas. La distribución también estaba reservada a las personas autorizadas por párrocos (sacristán, organista, monjes y monjas). Las obleas hechas de agua y harina de trigo, sin sal, son de color blanco, grandes o pequeñas. Se mantiene la práctica de compartirlas y de enviarlas a los amigos y familiares por carta con los deseos navideños. En las parroquias rurales se distribuyen también obleas de colores, generalmente rosadas, que después de la cena de Nochebuena el anfitrión comparte también con los animales, especialmente con las vacas. Las obleas son decoradas con escenas navideñas. Se comparte la oblea al tiempo que se reza y la ceremonia está dirigida por el hombre de la casa, generalmente el padre como cabeza de la familia. Se atribuye a las obleas muchas propiedades extraordinarias o mágicas. Su presencia en la casa durante la Nochebuena le asegura a la familia éxito, alegría, paz y sobre todo amor. Son anuncio de bienestar, buena cosecha, abundancia de pan. Se cree que a quien comparte la oblea nunca le faltará el pan y que lo podrá compartir con otras personas.

miércoles, 1 de enero de 2014

Submarinista argentina sangre polaca


Se trata de la obereña Eliana María Krawczyk quien tras los 71 años de historia naval se convierte en la primera mujer que ingresa a la Fuerza de Submarinos nacional. Cuando Eliana María Krawczyk abandonó sus estudios de Ingeniería Industrial en su Oberá natal para entrar a la Armada, nunca pensó que el destino iba a llevarla hasta Mar del Plata, cuna de los submarinos, para hacer que se enamore de ellos. Había visto una propaganda en internet sobre la vida en los buques de guerra y se interesó; así que viajó los casi 100 kilómetros que separan Oberá de Posadas para que en la Delegación Naval le dijeran de qué se trataba esa vida. En 2003 rindió el ingreso a la Escuela Naval Militar, le fue bien y en 2004 ya estaba integrada en la que sería la promoción Nº 137. “El primer año de la Escuela Naval juramos la bandera en la Base Naval Mar del Plata para—cuenta Eliana—. Ahí los conocí. Me llamó la atención ese misterio que los rodea y en ese día y ese lugar supe que quería ser submarinista”. Parecía un deseo difícil de conseguir porque la Fuerza de Submarinos con sus entonces 71 años de historia nunca había incorporado mujeres en sus filas. Eliana egresó de la Escuela Naval en 2008 y ese año, como guardiamarina en comisión, hizo el viaje de instrucción a bordo de la fragata ARA “Libertad”. En la dotación había cinco suboficiales submarinistas y a ella le volvió aquel anhelo. Aprovechó la travesía de ocho meses por los océanos Índico y Pacífico para preguntarles de todo sobre los submarinos. A la vuelta del viaje le tocó destino en la corbeta ARA “Robinson”; después se fue al transporte ARA “Canal Beagle” con el que hizo dos campañas antárticas; y luego a la Escuela de Oficiales de la Armada, donde se especializó en Armas Submarinas. Para ese entonces, la Armada empezó a convocar a mujeres que quisieran hacer el curso de submarinos y buceo en Mar del Plata. Y Eliana se anotó. Hizo el curso de escape de submarinos a principios de 2012 para poder empezar la cursada ese año en la Escuela de Submarinos y Buceo, el centro de formación inicial de quienes aspiran a tripular un submarino de la Armada. “La primera vez que entré en un submarino me sorprendió lo distinto que era a un buque. Sentí algo raro, como si estuviese en una película”, recuerda. La teniente Krawczyk egresó de la Escuela de Submarinos y Buceo en diciembre del año pasado y se convirtió en la primera oficial submarinista. Inmediatamente le tocó destino en el submarino ARA “Salta”, una unidad de la clase 209, con una dotación fija de unos 36 hombres. Ahora, son 35 más ella, que es jefa de Navegación, Detall, Servicios y Pañoles. “Todos me preguntan si me asustan los submarinos. Y no. Para mí son impresionantes, algo intrigante y emocionante —dice Eliana—. Es otra vida. Está la misma camaradería que en un buque pero hay lazos de unión más intensos en la dotación”. Su padre alguna vez pensó que Eliana estaba loca por elegir la vida de submarinista; pero cuando egresó de la Escuela Naval lo llevó a Mar del Plata a conocerlos: “Y le encantaron, como a mí”. Eliana, de 30 años, de novia con un marino mercante, visualiza su futuro: “¿Si me veo como comandante de un submarino? ¡Sí! Pero falta tiempo para eso…”. La teniente Krawczyk es la primera oficial submarinista, pero las pioneras en integrar la dotación de uno son la cabo primero Rosana Arias Heckel y la cabo segundo Alejandra García, que egresaron en enero de 2012. “¡Submarinos! Ahí quiero estar. Son un desafío para la mujer, que cada vez hace más cosas —dice la cabo Arias Heckel—. Que se postulen cada vez más.”“Podemos cumplir con las mismas exigencias que tienen los hombres”, agrega la cabo García. Actualmente hay otras mujeres cursando en la Escuela de Submarinos y Buceo de Mar del Plata para ingresar a la Fuerza de Submarinos. La Fuerza de Submarinos tiene como fecha de creación el 3 de septiembre de 1933, día en que arribaron los 3 primeros sumergibles argentinos construidos en Italia, los primeros de 5 generaciones de submarinos hasta hoy. Se habían terminado de construir el 18 de noviembre de 1929, en el astillero Cantieri Navale Franco Tosi, de Taranto. De ahí se los apodó los Tarantinos. Eran el “Salta”, el “Santa Fe” y el “Santiago del Estero”, que en 1932 navegaron 7.000 millas, con tripulación argentina, durante 40 días, a una velocidad récord de 8 nudos, con una sola escala en Las Palmas, capital de las Islas Canarias. Así comenzó la historia de la Fuerza de Submarinos. Su primer comandante fue el capitán de fragata Ramón Poch. Durante la construcción de su base en Mar del Plata, las tripulaciones vivieron en el guardacostas ARA “General Belgrano”, buque madre de estos sumergibles.