La Virgen Negra de Częstochowa (en polaco: Czarna Madonna o Matka Boska Częstochowska, es un icono de la Virgen María, que es la más venerada reliquia de Polonia y uno de sus símbolos nacionales.
Los orígenes del icono y la fecha de su composición es aún una acalorada discusión entre los especialistas. Esta dificultad en fechar al icono, radica en el hecho de que la imagen original fue pintada después de un serio daño hecho por expedicionarios husitas en 1430. Los restauradores del Medioevo no estaban familiarizados con el método encaustico de pintura encontrado, por lo cual las pinturas que ellos aplicaron dañaron áreas "simplemente deshizo la imagen" de acuerdo al cronista medieval Risinius, y su solución fue borrar la imagen original y repintarla sobre la madera original, la cual se consideraba sagrada por su legendario origen como tablero de mesa de la casa de la Sagrada Familia.
La pintura desarrolla una tradicional composición bien conocida en los iconos de la Iglesia Ortodoxa. La Virgen María es mostrada como la "Hodegetria" ("La que muestra el Camino"). En el, la Virgen dirige su atención fuera de ella, señalando con su mano derecha hacia Jesús como la fuente de salvación. A su vez, el Niño extiende su mano derecha hacia el observador en señal de bendición, levantando un libro con los evangelios en su mano izquierda. El icono muestra a Nuestra Señora con un manto adornado con flor de lis.
Aunque el Icono de Nuestra Señora de Częstochowa ha estado íntimamente ligada a Polonia en los últimos seiscientos años, su historia previa a su arribo está rodeada de numerosas leyendas que remonta el origen del icono hasta San Lucas quien lo habría pintado sobre una madera de cipres de la casa de la Sagrada Familia.
Uno de los documentos más antiguos de Jasna Góra establece que la pintura viajó desde Jerusalén, via Constantinopla, hasta llegar finalmente a Częstochowa en agosto de 1382. A la Virgen Negra se le atribuye la milagrosa salvación del Monasterio de Jasna Góra (English: Bright Mount) de la invasión sueca del Siglo XVII, El Diluvio, con lo cual se cambió el curso de la guerra. Este evento condujo al Rey de Polonia Juan II Casimiro Vasa a "coronar" a Nuestra Señora de Częstochowa ("la Virgen Negra") como Reina y Protectora de Polonia en la Catedral de Lwów el 1 de abril de 1656.
Otra leyenda concerniente a la Virgen Negra de Częstochowa es que la presencia de la sagrada pintura salvó a su templo de ser destruido por el fuego, no sin antes que las flamas oscurecieran los pigmentos. La leyenda concerniente a los dos rasguños sobre la derecha del rostro de la Virgen Negra dice que un asaltante husita blandió su espada sobre la imagen y el infligió dos cortes profundos. Cuando el asaltante trató de infligir un tercer corte, el cayó al piso y tembló en agonía hasta que murió. A pesar que anteriormente se quiso reparar estos rasguños, estos volvían a reaparecer.
Otra leyenda señala que como el asaltante cortó la pintura dos veces, el rostro de la Virgen María empezó a sangrar, con pánico los asustados husitas retrocedieron y dejaron la pintura.
Debido a la Virgen Negra, Częstochowa es considerado como el más popular Santuario de Polonia, por el peregrinaje que realizan cada año muchos católicos polacos. Con frecuencia, la gente se alinea a cada lado de la carretera dando provisiones a los peregrinos quienes caminan durante un día entero hacia Częstochowa y llevan pocas cosas para si mismos.
El 13 de abril de 1904, el Papa Pío X, a petición del obispo polaco Stanisława Zdzitowiecki aprobó la fiesta de la Virgen de Częstochowa, que desde 1906 se celebra el 26 de agosto.