Cuando la Academia Europea de la Gastronomía anunció que Cracovia sería
la Capital Europea de la Gastronomía, lo primero que viene a la cabeza es que,
una vez más, se confirma que Cracovia sigue estando en la cresta de la ola.
La ciudad polaca no deja de ser uno de los destinos turísticos
preferidos ya no sólo por los europeos, sino por los viajeros de todas
latitudes. Cracovia es el segundo destino gastronómico, después de Varsovia,
con el mayor número de restaurantes mencionados por la Guía Michelín (26), casi
el doble por la guía Gaulit et Milau y con 8 recomendados por Slow Food Polska.
Varios chefs viven y trabajan en Cracovia. La mayoría de los
restaurantes se ubica en el casco antiguo de la ciudad y el histórico barrio
judío de Kazimierz, ambos escenarios con mucho encanto que crean el contexto
ideal para el visitante a la hora de comida o cena.
Algunos restaurantes se encuentran en edificios históricos y los
interiores, a pesar de haberse convertido en restaurantes, siguen manteniendo
el carácter original de las instalaciones. El ejemplo puede ser el restaurante
Wierzynek, el más antiguo de Polonia, que data de 1364 y se encuentra en la
Plaza de Mercado (Plaza Mayor de la ciudad).
Entre los restaurantes de cocina polaca hay dos clases. Por un lado, los
que sirven platos de tradición campesina: comida contundente basada en sabrosas
recetas caseras, con predominio de comida más económica y donde no faltan mayor
variedad de sopas y platos de cuchara, salsas a base de hongos y variedades de
platos tipo pasta en base de harina y/o papas. No pueden faltar los pierogi y
cuyo relleno depende de la época del año.
Hablando de pierogi, contemos algo de historia: En el Monasterio
Domínico de Cracovia está enterrado, el monje que popularizó los pierogi allá
por el lejano Siglo XIII: San Jacinto de Polonia. Él es un hombre pobre, de profunda oración y
que lleva adelante su labor pastoral instando a su pueblo realizar esta labor.
Su tarea evangélica lo habría llevado a las estepas cercanas de lo que hoy es
Kiev, para ayudar a los pobre y los campesinos del lugar le ofrecieron pierogi.
Quedó encantado con el sabor y a su regreso a Cracovia llevó la receta al
monasterio, que fueron muy bien recibidos por sus Hermanos de Orden. Esos
primeros pierogi sirvieron para calmar el hambre de otros pobres. Hoy en la
actualidad su estatua se ofrece como Premio al ganador en el Festival Nacional
del Pierogi que suele realizarse en el mes de Agosto de cada año. “Swiety Jacku
z pierogami!” (San Jacinto y sus pierogi).
Las distintas inmigraciones polacas por todo el mundo llevaron sus
costumbres y por supuesto los pierogis. Por ejemplo en EEUU se oficalizó su día
el 8 de Octubre, en Brasil se eligió mayo y en Argentina todos los 11 de marzo…lo
sabías?
Corriendo tras el bus?
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