martes, 9 de julio de 2013

El exorcismo es popular en Polonia


Polonia es uno de los países más católicos que aporta a Europa. La patria del Papa Juan Pablo II es también una de las comunidades católicas más visiblemente atraídas por el exorcismo. Visiblemente, porque este fin de semana se han congregado más de 58.000 fieles en el estadio nacional de Varsovia para escuchar la prédica del sacerdote exorcista Jean-Baptiste Bashobora.
Organizado por el obispado de la capital polaca que encabeza el obispo Henryk Hoser (1942), en el estadio se ha instalado un espectacular escenario en forma de corazón junto a una cruz gigante de quince metros de altura. El exorcista de origen ugandés predicó el sábado frente a efervescentes fieles, la mayoría de los cuales le siguieron por una pantalla gigante instalada al centro del estadio.
A pesar de la extraña peculiaridad del espectáculo, no ha sorprendido demasiado a los católicos europeos. En Polonia, el exorcismo goza de popularidad. Ya a fines de 2012, un grupo de sacerdotes polacos editaron la primera revista dedicada exclusivamente a todas aquellas actividades relacionadas con expulsar al demonio, sus titulares rezaban «Satanás es una realidad» o «New Age, el aspirador espiritual».
En 2011, unos 300 exorcistas de todo el mundo se reunieron durante una semana en el monasterio Jasna Gora, al sur de Polonia. El anfitrión del encuentro fue el sacerdote exorcista de la arquidiócesis de Varsovia, Andrzej Grefkowicz.
El sacerdote y teólogo Aleksander Posacki atribuye la popularidad del exorcismo al cambio del comunismo por el capitalismo en 1989: «El capitalismo crea más oportunidades para hacer negocios en el campo del ocultismo. Predecir el futuro se ha convertido incluso en una categoría de trabajo para el fisco», ha declarado el padre Posacki.

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