Llega el 24 de diciembre, una fecha muy importante
para la comunidad católica, el nacimiento de Jesús,nuestro guía espiritual. La familia polaca, de profundas
raíces católicas, se prepara para ese momento tan especial
al aparecer en el firmamento la primera estrella cuando
la persona de mayor edad dirige la palabra dando las
bendiciones y repartiendo el Opłatek, la Hostia no
consagrada como signo de comunión y pertenencia a
Jesús entre los familiares y amigos presentes. Por tradición
y costumbre no se consume carne, solo pescado, ni se
bebe alcohol. Tal vez con alguna persona ausente…,
y siempre reservando un plato y cubiertos listos para
recibir a un necesitado en situación socialmente difícil.
La Gastronomía Polaca
con sus fermentos,
Ogórki
Kiszone,
Kapusta Kiszona,
Pikles, nos dan una
variada base para
combinar sabrosos
platos. Las distintas
harinas de centeno,
para elaborar pan, de
almendras, para los
pierniki con sabor
personal en especias
y de trigo, para los
pierogi de kapusta,
papa y ricota, cebolla con hongos y los de uva, con el
agregado de crema agria lo mismo que para el barszcz.
Semillas de amapolas, maki para el tradicional, sabroso y
aromático arrollado. La variedad de pescados, anchoas,
lenguado, cazón, abadejo, merluza y su proceso de
maceración y sazón en sal fina, azúcar, sal gruesa, cebolla
y vinagre, aceite, pimienta y laurel. La galareta de
pescado, preparada con pez y pollo, bien condimentada
(próxima publicación), lo mismo que el exquisito
escabeche. Para beber, kompot de frutas secas, ciruelas,
orejones, higos… Mas allá de los tradicionales 12 platos
en la mesa para conmemorar la Navidad, lo importante
es el afecto, la unión, la solidaridad, la paz familiar, la
paz en el mundo, la no discriminación ni segregación
racial y por supuesto la salud, una condición muy pocas
veces valorada, pero muy importante.
Felicidades, Boże Narodzenie
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